El Valor de lo imponderable
Tenemos la
capacidad de valorar la moral cuando convergen dos culturas?
Seguramente en algún momento de nuestras vidas nos
hemos encontrado con alguna encrucijada en la que se ponen a prueba los valores
que nos han inculcado nuestros padres, incluso situaciones en las que alguna
norma, código, regla o ley, pasan a un segundo plano cuando la fibra humana se
ve disminuida por la imperiosa necesidad de salvar un obstáculo en el que, ese
algo tiene un valor más allá de cualquier cifra imaginable. Para ello, tengo
una teoría muy particular que mezcla a la impunidad y a la necesidad, en un
amargo envoltorio que exige ser consumido al seco; “más valor tiene para el que
más lo necesite”, en contra posición a ello, solo haría falta hacer entender
que ambos necesitan uno del otro, por lo que el valor puede llegar a un punto
medio, o desfavorablemente para el que pretende la usura, todo a su debido
tiempo cobrará su justo valor, es por ello que en esta ocasión comparto una historia en la que se pone a
prueba la moral y la ética desde dos planos totalmente distintos.
Por una parte tenemos una descendiente de una etnia
Guayú,
quien con el esfuerzo propio y el de sus padres, en especial su madre, ha
logrado forjarse en una escuela militar, que de hecho se encontraba en el
último año para alcanzar su graduación, pero cuando todo parecía marchar
correctamente, se presenta un giro en su vida cuando cambian al comandante de
compañía y este tiene otras pretensiones a parte de las éticamente permitidas
ya que como en todo centro de formación está terminantemente prohibido que los
docente o profesionales de planta, sostengan relaciones sentimentales con los
alumnos, pues haciendo caso omiso a ello; este insiste en buscar a la joven
para hacerle diferente propuestas.
Ante esta situación la estudiante hace un balance y
consulta a unos familiares quienes le exigen que actúe de acuerdo a su ley originaria,
en la que el respeto debe ser exigido y pagado con sangre si es necesario, por
otro lado un familiar le aconseja que se sumerja en el terreno del criollo y se
apegue a la ley para una mujer libre de violencia de género, para evitar que
converjan negativamente dos culturas y
por otro lado sus compañeras le aconsejan que le siga la corriente de una forma
astuta para que transcurran los tres meses que faltan para la graduación y no pierda
el esfuerzo de cada uno de sus familiares y el suyo propio en una confrontación
en la que no tiene muchas posibilidades de salir victoriosa ya que es su jefe
directo y un paso en falso podría costarle su estadía en la academia militar. Mientras
tanto el acoso estaba a la orden del día.
Una mañana, el referido jefe ordena una prueba de
embarazo a toda su unidad, en la que esta joven sale positivo, situación
inexplicablemente para ella, pero quizás no para él, quien aprovecha la ocasión
para decirle que es una situación muy incómoda debido a que la obligación que
tiene como jefe es la de tramitar ese evento y como consecuencia deberá ser
dada de baja, a menos que ella acceda a intimar con él ya que según le confiesa
ha tenido varios “sueños húmedos con él”. En ese momento corrieron
vertiginosamente dos películas simultaneas por su cabeza, una todo el
sacrificio que le ha costado llegar hasta donde llego y en otra como se derrumban
sus sueño una y otra vez; y aun cuando, los hecho ocurrieron siempre a solas
con este comandante, ella decide arriesgarse e ir al jefe inmediato.
Este otro comandante ordena la comparecencia de ambos
y mientras una afirma una serie de hecho contradictorios a lo que es la
disciplina, el otro pone en la mesa una
prueba de embarazo positiva y en una actitud de ofendido, le exige a la
muchacha que asuma sus fallas y no intente perjudicar a sus superiores con
cuentos infundados, para que no le den la baja. Por lo que se ordena una
investigación de los hechos, mientras se hacen los procedimientos para la baja
por quedar en estado de gravidez.
Que habría hecho usted si estuviese en el puesto de
la joven?, o en el puesto del jefe del
comandante de compañía?, quizás hubiese sido una situación en la que jamás quisiéramos
ver a nuestra hija o peor aún una situación que nos hacer reflexionar en que
nuestras acciones deben ser tan certeras que equivocarse podría ser fatal para
alguno de los dos confrontados, como saber que lo que dice la joven es
totalmente cierto o lo que dice su comandante con una prueba contundente es lo
propio? Cuantas veces habremos tomado decisiones en la que afectamos la vida de
los demás sin ponernos en los zapatos de los involucrados o simplemente sin
pensar en las consecuencias familiares de estos y en lo valioso que pueden ser
para la institución?
Seguidamente la joven no tiene otra alternativa que
informar a su madre; quien le aconseja solicitar una segunda prueba de embarazo
mientras ella se traslada para la institución. Enhorabuena para la joven la
segunda prueba sale negativa, por lo que el director de la institución militar
ordena una tercera prueba para cerrar el caso, pero simultáneamente el
comandante de compañía solicita una sanción por ofender a un superior.
La semana siguiente se apersona a la institución con
los atuendos propios de las Guayú, la madre de la joven quien solicita una reunión
con el director del instituto. Durante la conversación con el Director, esta le
comenta las anécdotas de acoso de su hija y le propone un rompimiento de la
cadena de eventos negativos con una acción de paz, tal como lo exige la ley originaria
de esta etnia, a lo que este le pregunta que significa exactamente su
ofrecimiento?. Esta le plantea que por la ley criolla ella puede obrar junto con la prensa y saldrían perjudicados la
institución y su familia, por la ley originaria sería algo trágico para la
institución, para el presunto acosador y para su familia se habría hecho
justicia, también le planteó lo sacrificado que ha sido mantener a su hija
lejos de su casa y lo que representa para ella y su familia consolidar su
graduación, por lo que con la paz, las partes ganarían de igual forma, ella
tendría que desobedecer sus leyes y la institución asegura que no existirá más
acoso y no procederán con la sanción del comandante de compañía.
A veces se cumple con una máxima muy usual del ajedrez
el tercero, que mira desde otro punto de vista, ve las cosas más claras, ahora
bien; que tanto se puede esperar de que un originario desista de sus leyes? Eso
lo sabremos cuando la joven se gradúe, pues; el Director ordena la presencia
del implicado a los fines de aceptar la propuesta de la madre, pero al escucharla,
este se niega y exige la sanción de la muchacha. Para lo cual la madre pide la
palabra y le informa al oficial las consecuencias de ese tipo de acciones en su
etnia, momento en el que el Director pide que lo deje a solas con los
oficiales. Una vez concluida la deliberación, la señora escucha las disculpas
del oficial, pero no las acepta, de acuerdo con su criterio solo la palabra del
Director tiene valor suficiente para el tratado, en tal sentido le promete una
segunda conversación no muy lejana al comandante de compañía.
Indudablemente detrás de cada historia se esconden
pasajes que le dan un significado particular a cada evento, entonces fue
inmoral la actuación de los personajes?
El término “moral” en ocasiones suele usarse como
sustantivo, haciendo referencia a un conjunto de principios, preceptos,
mandatos, prohibiciones, patrones de conducta, valores e ideales de lo que
consideramos una forma de vida como convenio de un grupo de personas. En cambio
como adjetivo se refiere a la inconciencia de las consecuencias de sus actos,
es decir la antítesis de la “amoral”, por ejemplo; se supone que los animales
no son responsables de sus actos, no sucede así con los seres humanos que han
alcanzado un desarrollo completo, y en la medida en que se les pueda considerar
“dueños de sus actos”, tienen una conducta moral.
Ahora bien, que tan ética fue la actuación de
nuestro comandante de compañía? La ética a diferencia de la moral no busca
responder por ejemplo “¿qué debemos hacer?” o “¿de qué modo debería organizarse
una buena sociedad?”, sino más bien “¿por qué hay moral?”, “¿qué razones hay- se
justifican que sigamos siendo moralistas?”. Las doctrinas morales se ofrecen como orientación inmediata
para la vida moral de las personas, mientras que las teorías éticas pretenden
más bien dar cuenta del fenómeno de la moralidad en general.
Pero de acuerdo con la filosofía, cada teoría ofrece
una determinada visión del fenómeno de la moralidad y lo analiza desde una
perspectiva diferente. Todas con la génesis de valores, bienes, deberes, conciencia, felicidad, fines de la conducta,
libertad, virtudes, etc. Pero con la gran diferencia que la ética manejan, el modo como los ordenan, la prioridad que se le otorgan y de los métodos filosóficos
que emplean.
Estimado Guzmán:
ResponderEliminarVeo que ya tiene usted experiencia con esto del blog.
Muy entretenido e interesante su artículo.
Captó el espíritu de la reflexión.
Siga así, nuestra sociedad necesita de personas que escriban como usted.